martes, 1 de octubre de 2013

El Viaje

Quiébrala, 
rompe sus puertas y ventanas,
las paredes, los pilares,
no dejes que se sostenga,
no dejes que te amarre,
que te encadenen sus cimientos,
nombrarle suena a mentira
cuando sale de tu boca la palabra,
libérate de símbolos vacíos,
deja de rondar la complejidad,
y vuélvete a la simpleza,
a la tierra que te levanta,
bebe con ella el fruto de su uva,
sonríe en la embriaguez,

Tras todo lo anterior,
y como siempre, como siempre
me he quedado con la sensación
de no haber ido a ningún lado,
de haber tocado el borde
con recelo,
para volver al centro,
aliviado,
marchito y triste,
en el mismo lugar dos veces,
en el mismo lugar por siempre.

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