sábado, 26 de marzo de 2016

Que quiere libertarse

En el lecho de sal y mar,
la serpiente de los cielos
canta un mal augurio,
su silencio.

Otra vez pasa el terror
nocturno del fuego,
el ladrido al vacío,
crujido sin movimiento,
ecos en el viento,
el silencio.

Nunca más habría
aquella mirada,
nadie abría más
aquella puerta,
porque te despides,
de nuevo otra vez,
por última vez,
clamando libertad.

Salta la última baranda,
es la última,
tú lo sabrás,
el descanso final,
todo último,
un último amor flota,
recuerda donde estás.

lunes, 21 de marzo de 2016

Generación Perdida

Otro paso en la burocracia,
mientras esperaba mi turno
desde las cinco de la mañana
llamaron a otro muerto
a declarar el fin de su vida,
pagar el cajón, el hoyo,
siempre en silencio,
otro poblador
para el jardín de los callados.

Patio, también le dicen,
aunque no entiendo bien
la especificación "los callados",
si al final todos lo estamos
cuando la máquina pasa,
no escucho quejas,
solo suspiros, mudos.

El patio de los callados,
quizá haga referencia
a los poseedores del patio,
y no a sus ocupantes,
la trastienda de los callados,
porque lo fueron, lo son.
los callaron,
y este es su patio,
y nosotros vivimos en él.

domingo, 13 de marzo de 2016

El Polvo de Dios

No sé bien lo que digo. El insomnio. El cansancio hacen mella en mis palabras. Tengo montones de proyectos, no podría estar vivo sin ellos. Las tardes de los domingos transcurren lentas, como el flujo de esa herida en el cuello (con su largo recorrido oculto a los ojos del resto) que dejo abierta cada vez que puedo, para desangrarme lentamente, tanto que es una estupidez pensar que por eso me puedo morir.
Me encantaría. Pero quiero demasiado a muchas personas, me preocupa que sufran por mi muerte. Aunque probablemente eso no sea más que una ilusión, una ilusión enorme, el miedo de que nadie me sufra es más fuerte que el deseo de morir. ¿Por qué tenemos concepciones masoquistas del amor?
¿A quién chucha se le ocurrió definir el amor en términos de dolores causados?
Y más encima se me ocurre dudar de sus palabras... pienso que todos esos cariños son inventados para que no me mate. En serio se valora mucho la vida por estos lares. Dicen quererme y yo no les creo, ¿sabes?, no les creo ni una mísera parte de ese cariño. Que por cariño se preocupan por mí, por mi bien y que mi bien es estar vivo en esta sociedad de mierda. Que cansancio. Ellos no lo entienden.
A una la he visto cortándose la cara de tanto amor, tanto amor que sentía por alguien que no era ella, y como nunca supo compatibilizar los amores, sangró mucho, mientras lloraba y sonreía. De otro me han contado que amó tanto que fue crucificado. Ese debe ser el más famoso de todos. Otros sólo sufren por el resto de su existencia. Otros tienen los ojos opacos, del mismo color que el lenguaje de los estudiosos incomprensibles.
Mañana será otro de esos domingos donde sería mejor morir, el día pasa tan lento como río de mierda o de manjar. Quizá debería salir a correr, a caminar, a hacer ejercicio. Si es bonito día, quizá hasta valga la pena morir. Probablemente nadie va a sufrirme de verdad. Quizá por lo mismo sea buena idea dejar darle vueltas al asunto, Que ganas de hacer trizas en el aire, con prisa. Que ganas de dejar la cagada en el paseo público, como si fuera un sábado, como si fuese príncipe y tú sabes que amé como si fuera última... últimas tú y la situación, último yo, el último y no más.
¿Han visto el destello que provoca un golpe en la cabeza? Sólo lo puedes ver si eres el que recibe el golpe. Un destello blanco, preciso. Me preguntó que será golpear con todo el cuerpo. Me digo que debe ser más blanco. El túnel y el bardo.

El río

Las hogueras a la distancia,
marcan el camino,
el más difícil,
el único a la cima
de esta montaña,
es solitario el andar,
un compañero sería
un estorbo, otro obstáculo,
solitario y tortuoso,
precioso para mí mismo.

Quizá nadie pueda,
nadie sepa disfrutarlo
como yo lo hago,
tranquilo, muy tranquilo.

El agua fluye,
paralela al camino,
avanzando tramos,
de charca en charca,
todas distintas
de la misma agua,
a veces más abrupta
la caída es continua.

Finalmente, en la cima
está el hielo
que se convierte en río,
y a través del cielo
puedes ver al final del lecho
un salto al vacío.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Los Jueves (Algunos)

La música se prende
con consignas alegre,
pero tristes,
pegajosas y saltarinas,
críticas del silencio,
todos aquellos silencios
que guardan sufrimiento
de aquellos que se mueven
por la música, esta música,
los primeros dan voces,
pero no bailan.

Las voces vibrantes gritan,
no cantan, con ritmo
pero nunca afinados,
silenciando otras voces,
menos vibrantes,
y potenciando el conjunto,
sólo como grupo se escuchan.

A pesar del ritmo,
o su falta en el sonido,
o su contenido específico,
unos se mueven
llevan el ritmo por dentro,
por fuera gritan también,
animan, atraen, distraen.
Llaman la atención.

La felicidad extraña de los sufrientes,
murientes, cuando se agrupan.
Escapar de la soledad,
la saciedad del proceso,
por sobre el objetivo,
pura gente buena,
tantos silenciosos santos laicos.

Más tarde dormirán tranquilos,
buen descanso,
contentos del silencio,
olvidando todo.

Mientras tanto no creo en un dios que no baila.