En el lecho de sal y mar,
Nunca más habría
aquella mirada,
nadie abría más
aquella puerta,
porque te despides,
de nuevo otra vez,
por última vez,
clamando libertad.
la serpiente de los cielos
canta un mal augurio,
su silencio.
Otra vez pasa el terror
nocturno del fuego,
el ladrido al vacío,
crujido sin movimiento,
ecos en el viento,
crujido sin movimiento,
ecos en el viento,
el silencio.
Nunca más habría
aquella mirada,
nadie abría más
aquella puerta,
porque te despides,
de nuevo otra vez,
por última vez,
clamando libertad.
Salta la última baranda,
es la última,
tú lo sabrás,
el descanso final,
todo último,
un último amor flota,
recuerda donde estás.
el descanso final,
todo último,
un último amor flota,
recuerda donde estás.