Poza o Charca

Solidarizo con el silencio,
no se puede hablar con los labios
o la boca ocupados,
antes de que el gayo hable,
ya que canta tres veces al amanecer,
me mantengo firme en mi postura
siempre vacilante,
reniego de mi voz y de mi cuerpo,
de sus gritos desesperados,
todos ellos apagados,
rindiendo en el fragor de la batalla
por mantener los ojos abiertos,
más allá de cualquier venda,
el pestañeo profundo de las horas,
bebiendo de las fuentes
del sueño profundo,
tras las insomnes rutas de,
como puedo llamar ahora,
la bebida vital y sus recorridos,
derrumbando mi cuerpo laxo,
pálido de labios morados,
sobre lo que hay debajo y más abajo.

El fraternal abrazo a la asa,
fuerte, pidiendo clara continuación,
que exige continuidad debido
al mutuo sentimiento que se generó,
tras un beso a horcajadas,
en la palestra de culpables de la noche,
de esa noche en particular,
entre el vaho y el aroma
de otros cuerpos mortecinos,
mientras la Luna se peina en el pasillo,
mantengo el romance de esta noche,
como si fuera el único y eterno,
antes de renegar de su nombre,
le juro amor para siempre,
para olvidarme de siempre,
enamorado por siempre.

Fin

Mi sur termina en el norte
de algún lugar,
en el norte de alguien más,
es imposible determinarlo,
no por el momento,
ese norte existe,
más allá de mi entender,
mucho más allá de la idea,
más que un punto cardinal
o un azar de historia vieja,
las heridas han obviado,
tanto orientaciones,
puntos de referencia,
expectativas simplonas,
como probabilidades
y números que las sostengan,
el tiempo ha sido riguroso,
recordando que todo fin
puede ser solo eso, un fin.

La idea de un nuevo comienzo
es solo una idea,
la vana esperanza de mirar
con buenos ojos
las huellas del camino,
sin sufrirlas, dándoles sentido,
pero, lamentablemente para todos,
la vida no es un círculo,
mucho menos una espiral.

La Tormenta

¿Puedo entrar?
¿Me das tu permiso?
Es impensable para mí
entrar en tu intimidad,
violentarla libremente,
sin preguntar siquiera,
pero es impensable, también,
quedarme a la intemperie
con este frío, con este viento,
con este sentimiento.

Cuando toco a tu puerta,
lo que no es muy a menudo,
es por algo, siempre es por eso,
aunque no siempre por lo mismo,
vuelvo a esta mampara hoy,
a pedirte que me recibas,
como un visitante esporádico,
aquel que sabes que soy,
aquel que tanto aborrezco
y ese que a veces aborreces tú.

El juego de luces y sombras,
de telas, risas, sonidos al azar,
conversaciones vanas, nunca vacías,
discusiones bizantinas,
análisis profundo de las vidas,
muchas antes que todas las mías,
y otras tantas antes que las tuyas,
todo eso se funde a gris,
a silencio y a balbuceo,
al blanco y al negro.

Después de un tiempo así,
no puedo imaginarme una vida
sin el sonido que hay afuera,
a pesar de eso
la tormenta ya pasó,
nunca definitivamente,
aunque definitivamente
nosotros somos la tormenta.

Contradicciones de la Vida Moderna

La tristeza es óptima,
jamás optimista,
se acaba la magia,
y la puta aparece vestida,
el profesor drogado en un callejón,
el silencio lleno de gritos,
la noche siendo iluminada,
las lágrimas de alegría,
todo pierde sentido,
el sentido optimista,
lo que está claro,
lo que siempre lo ha estado,
duda de sí mismo,
la confirmación es la duda,
la tristeza es el velo
donde juegan todas las sombras,
cuando llueve las mujeres
salen de sus escondrijos,
los hombres las siguen,
y todo está viciado,
los paraguas se voltean
y en ellos se junta agua,
tanta como sea posible
antes de que el desierto avance,
reptando lentamente,
para abrazar nuestra soledad.

Lunáticos

Te amo, mujer, te amo,

pero no puedo serte fiel,

no todos los días, mujer,

porque una vez al mes

la luna está plena, mujer,

más plena que todo,

y en ese instante es perfecta,

perfecta como ella sola

cuando está plena,

y tengo que amarla, mujer,

amarla completamente,

te soy infiel en pensamiento,

en palabra y obra,

porque está hermosa, mujer,

y es perfecta, y solo perfecta,

y nada menos que perfecta,

yo caigo rendido, mujer,

ante el esplendor de mi dama,

de mi señora en el cielo,

que es libre y plena,

sin mí, mujer, pero conmigo,

llenándome a mí al verla,

jugando conmigo,

abrazándome a mí,

y soltándome luego,

luego me acuerdo de ti,

pienso en ella, contigo,

te soy infiel en tu cara,

te soy infiel en mis besos,

te soy de otra, contigo,

y no importa, cariño,

porque eres de ella, conmigo.

Forma del Sonido

Los sonidos que me rodean
son importantes,
importantísimos,
definen mi tierra, mi cielo,
mi agua, mi fuego,
sin orden absoluto,
entendiéndose más allá
de los elementos en sí mismos,
es decir, solo son,
solo juegan con mi cabeza,
mantienen su equilibrio,
el de ellos, no el mío,
a mí me balancean,
que no es precisamente
lo mismo ni lo opuesto,
mi voz se esfumará,
mi boca también,
con tal de seguir jugando
al descalabro de la situación,
de la realidad que se ha creado,
como una sombra avanzando,
sorbiendo el rededor,
alimentándose de él
y transfigurándolo.

Solo soy mi silencio
y las voces que me callan
con el silencio propio
a mi alrededor.

Lo Correcto

Yo quiero ser parte de esta locura silente,
quiero ser parte del mutismo insostenible
que mantienen nuestros ojos,
que llevan a sonidos extraños,
las quejas de los cuerpos
antes la fútil inmovilidad,
durante el tiempo que nos queda,
censurable para la mayoría.

Era insostenible.

Demasiado insolente con el mundo,
indolente con las buenas costumbres,
indiferente a manuales y guías
de comportamiento correcto.

Asilo intocable contra las vicisitudes del mundo,
espacio incoherente con el contexto
que consume cada palabra dicha,
cual monstruo insaciable de prometedoras ideas
y tristes reclamos lánguidos.

Hablamos tanto y no sabemos que sucede,
solo queremos hablar,
solo queremos comunicar,
desgarramos nuestras vestiduras,
en la mutualidad del silencio,
escape de lo mundano en lo mundano,
nos quedamos callados,
callamos el silencio impostergable,
para ponernos máscaras sonrientes,
para postergarnos "correctamente".

Estantería

Los suelos ígneos se han vuelto

ciertamente extenuantes,

ya de ir por sus destinos

la flama se calma ante la comodidad

hasta puntos irreversibles,

el calor es destructivo,

aunque olvidamos su vitalidad,

la inyección de sangre a los ojos

mientras la vista fija pierde pasión,

y los ojos terminan sedientos

del placer que el pasado recuerda,

recuerda beber profusamente

de las fuentes de la memoria.

Las calmas son agradecidas

aunque inútiles para la acción,

los hechos se reproducen,

y en la mutualidad se crean otros,

nuevos y distintos, aunque antiguos,

cifrados en nuevas lenguas, 

que se superponen, unas a otras,

el levantamiento de las cenizas,

la lucha eterna por un lugar 

con los recuerdos del polvo.

Siempre un soplido nos alejará,

con el leve rugido del viento,

nos perderemos siempre en un instante,

retrasado por la mención constante

de un nombre en silencio, a veces,

otras veces el viento apresura

la consunción de un camino corto,

el río del tiempo corre, 

pasa por encima

y es irreductible.

Litosfera

La profunda congoja de las palabras,
aullidos profundos del alma rota,
saliendo entre lastimeros golpes,
el dolor y la angustia las acallan,
las transforman en sonidos quebrados,
más parecido al vidrio, cayendo,
pedazo a pedazo sobre el cemento,
separándose y partiéndose,
resquebrajándose sobre sí mismo,
astillándose, como una red,
que va envolviéndose,
se explica por sí mismo,
se pierde y enreda en sí mismo,
un grito ahogado desde los pies,
tomando lentamente la energía,
hasta la boca para escapar,
mientras es obstaculizado
por todo sentimiento que se cruce,
para quedarse trabado en un lamento,
lamento de canto apagado
por las llamas de los sonidos
ocultos tras la voces de los vivos,
más bien caídos en pie,
perdidos en la misericordia de sí mismos,
contemplativos de los baches
en sus caminos largos y transitados,
hay piedras, siempre las habrá,
no se irán mirarlas,
y no quieres que se vayan.

Danza de Sombras

Tengo varias apariencias,
infinidad de armas disponibles,
máscaras por montones,
para una fiesta me visto de sedas,
me escondo entre artimañas,
las de las voces y sus ropajes,
si necesitas que me vea triste,
cambiaré al negro,
me pintaré ojeras,
mi propia forma huérfana
de alcanzar mi voz,
jugando los roles necesarios,
establecidos por las formas,
cortesanas todas ellas,
de una civilización decadente,
recurrente en la imagen
y lejana de la sana alimentación
que necesita la mente,
la informe calma del deseo,
abyecta, oculta al mundo,
que por mundo es triste,
y por triste es una persecución,
una búsqueda interior,
que se pierde entre los pliegues
del traje que me pondré hoy,
aunque me pidas que me desnude,
o más que pedirlo,
me invitas a hacerlo,
pronosticando tu desnudez,
con la certeza del astrólogo,
mientras no se promete nada,
no se cumple nada,
no se suceden los hechos,
y la máscara sonríe impertérrita,
colgando desde el muro,
siendo el rostro de la casa,
vacía en la celebración
de los significados sin significante
y los suspiros explicativos,
en plan consecutivo
entre silencios constantes.

Problemas de la Vida Moderna

Todo parte desde tu casa,
a lo que tú llames casa,
habitación, tu rincón, etcétera,
el respeto por la intimidad,
la necesidad de apoyo,
la deformación de la realidad,
que te revienten la burbuja,
sea buena o mala,
es tu burbuja,
tu propia y personal burbuja,
el temor a que no te entiendan,
y probablemente no lo van a hacer,
porque vivimos tiempos diferidos,
tiempos que son, en sí, paralelos,
pero profundamente diferentes.

Sales de la casa,
los primeros son justos hijos
de la contemporaneidad,
hasta incluso pueden ser necesarios,
que te asalten, que te atraquen,
que te ataquen, que te miren,
que pase alguien demasiado bello
como para hablarle y que sea cierto,
que te ladren los perros,
y un enorme etcétera.

Llegas a algún lugar
y los problemas son más urgentes,
cumplir con las tareas,
ser sexualmente atractivo,
parecer ser inteligente,
parecer el estereotipo de género,
de edad, de tu ideología
(que por cierto, ni siquiera es actual),
de intelectualidad, de personalidad,
que tú mismo esperas de ti
por causa del entorno.

Estás solo en algún lugar,
ya no tienes problemas en el momento,
pero te dedicas a pensar en lo que tienes,
y sigue, continúa, hasta que duermes,
si es que duermes.

En fin, la vida en sí misma.

Expectación

Y al final de este viaje a la luna
caeremos desfallecidos,
al final será el desafío del camino
solo un recuerdo distante
tras el sueño tras el sueño,
donde todo se difumina,
las bellas vistas tendrán sentido,
desde la altura,
habrán valido el cansancio,
no podremos de nuevo
conocer las precisiones,
solo posibles de ver cuando
se abran las puertas de las nubes
otra vez como hoy,
como ahora con la luna como faro
para llegar a buen puerto
entre sus brazos,
siglos atrás todo era un silencio,
los errantes sollozaban,
buscando a su musa
sin jamás alcanzarla,
años atrás fue al revés,
todo luces, poco tiempo,
poco espacio para llorar,
para sollozar por el amor,
por eso este viaje es, al final,
heredero de otros tiempos,
gustoso de otros gustos,
alegre del descanso del mundo,
moverse tranquilo y sin complejos.

En mis vacaciones fui a un lugar,
sin ir a ninguno,
me enamoré, sin conocer a nadie,
sin hablar con nadie,
y fui amado de vuelta,
sin que hubiese una vuelta.

Estupidez

Ya es tarde para retractarme,
es tarde para dormir, además,
solo me queda pensar,
matar las últimas horas
hasta el amanecer,
mientras yaces descansando,
sin tener idea alguna sobre mí,
ni cuanto te pienso,
no te estoy diciendo nada,
la verdad, no son buenos deseos,
solo te pienso como un suspiro,
libre, tranquila, lábil,
miro tus imágenes,
siempre desde un rincón,
guardando las palabras
que me nacen de observarte,
no me atrevo a jugar,
la parálisis de mis sentidos,
va más allá de este momento,
no tengo alas para darte,
pero puedo ayudarte a tener
las tuyas, propias de tu esfuerzo,
no tengo motivos para darte,
para que te quedes acá,
solo tengo lo de siempre,
la inacción, la paciencia
y el silencio...

Ininteligible 2

Cuando disminuya el uso
exagerado de palabras preciosistas,
podremos entendernos,
antes que eso,
no creo que funcione mucho,
ahora mismo, de hecho,
el temor de hablarte
para que me hables de vuelta,
sea una molestia al final,
que hablarte sea un exceso,
independiente de la coherencia interna,
no me doy cuenta,
o quizá sí lo hago,
de las dinámicas que se van dando,
mientras tanto y por un rato,
los sentimientos emancipados
de los planes preconcebidos,
diré suficiente para no darte tiempo
de que me des una respuesta,
buscando que me hables de vuelta,
sin darte un respiro, un segundo,
una vida para que digas
lo que tengas por respuesta
a tanto recelo convertido en gusto,
convertido en palabra,
convertido en intento,
convertido en silencio,
convertido en exceso,
vertido como revestimiento
de todo lo que tengo dentro
y se aferra, sin arte ni parte
de los días que son y los venideros.

Sonido Desarmónico

Tarde me di cuenta que era temprano,
pero la demora provocó que fuese tarde,
no me iba a alcanzar a mover del todo,
pero debía hacerlo por un momento.

No había hecho nada,
pero aun así estaba ese aire adúltero,
esa sensación de deslealtad latente,
impropia al contraste con la realidad,
pero inherente a mis sensaciones
respecto de este momento.

Se palpaba en el viento la idea del error,
más por ser momento y lugar equivocado,
y aun más, tal vez, por el no hacer algo,
no tomar la oportunidad,
dejar al agua calmada,
sin perturbación de su equilibrio,
la paz es paz por sí misma,
mientras tú te quiebras
ella seguirá tal cual, tranquila,
siempre volviendo a sí misma,
mientras tanto el aire sigue igual,
cargado del hedor adúltero de mi libertad,
que parece no ser tan libre,
siendo la cima de mis pesares,
y la sima de mis cansancios,
todo esto es solo lo que es,
jamás lo que parece ser,
aunque de todas formas se aprecia
como si hubiese algo oculto en la maleza,
mi maleza, ocultándome de mí.

Moral y Buenas Costumbres

Gasto los últimos cartuchos
de tinta que le quedan a mis días
para recordarte, cariño,
llevo mis horas imaginando,
aunque sean las últimas,
un mundo que no sea distinto,
pero con otras acciones,
con otros puntos de eje
que nos reúnan en el momento
más preciso, más distinto,
con otra tú y otro yo,
en contextos adecuados
para que se dé todo diferente,
el arrastre desde otra vida,
en este mundo no hubo tiempo,
tampoco espacio ni apoyo
de los seres circundantes,
de la tierra bajo nuestros pies,
del lugar que se quedó sin lugar
para alojar nuestras pretensiones,
todas tan fuera de lugar,
propias de un imaginario adolescente,
que no tienen cabida aquí,
tan en serio que se toma cada uno,
nunca estuvimos tan lejos
de lograr nuestro cometido,
pero las voluntades se quiebran
con mayor facilidad
de la que nos gusta admitir.

Alguien dígale al tiempo
que no me espere despierto,
que me espere desnudo
sobre el diván.

Ladera Empinada

Ponte al día con tus sueños
y que las tardes tengan paz,
nunca es demasiado tarde,
siempre es un buen momento,
no te acuestes solo a soñar,
concreta, por papel, planea,
intenta realizar tus deseos,
conspira con los placeres,
desata el interior oculto,
descansa cuando quieras,
cuando necesites detenerte,
que el cansancio no sea límite,
ni sientas la molestia
de hacer las cosas,
nada es del todo serio, tan serio
como parece a la primera mirada,
dale importancia a lo importante,
si hace frío, abrígate,
si tienes sueños, duerme,
si tienes, déjalo fluir,
si no es así, es porque fluyó,
como también debieses hacerlo tú,
tomarse la calma, toda ella,
empinarla, como caballero,
de vez en cuando y de cuando en vez,
relajarse, quedarse tranquilo,
solo por estar bien.