lunes, 28 de abril de 2014

Poza o Charca

Solidarizo con el silencio,
no se puede hablar con los labios
o la boca ocupados,
antes de que el gayo hable,
ya que canta tres veces al amanecer,
me mantengo firme en mi postura
siempre vacilante,
reniego de mi voz y de mi cuerpo,
de sus gritos desesperados,
todos ellos apagados,
rindiendo en el fragor de la batalla
por mantener los ojos abiertos,
más allá de cualquier venda,
el pestañeo profundo de las horas,
bebiendo de las fuentes
del sueño profundo,
tras las insomnes rutas de,
como puedo llamar ahora,
la bebida vital y sus recorridos,
derrumbando mi cuerpo laxo,
pálido de labios morados,
sobre lo que hay debajo y más abajo.

El fraternal abrazo a la asa,
fuerte, pidiendo clara continuación,
que exige continuidad debido
al mutuo sentimiento que se generó,
tras un beso a horcajadas,
en la palestra de culpables de la noche,
de esa noche en particular,
entre el vaho y el aroma
de otros cuerpos mortecinos,
mientras la Luna se peina en el pasillo,
mantengo el romance de esta noche,
como si fuera el único y eterno,
antes de renegar de su nombre,
le juro amor para siempre,
para olvidarme de siempre,
enamorado por siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario