Durazno

Si el durazno sangra,
trátalo con cariño,
abrázalo, escúchalo,
ten paciencia,
espera la luna llena,
mímalo hasta entonces,
la luna nueva es compleja,
te disipa entre nubes,
caer sobre la calma,
para luego empujarte,
sin pena ni gloria,
sobre la tormenta,
el durazno sangra,
en un ciclo lento,
la plenitud es menguante,
la desesperación creciente,
en las luz previa al anochecer,
las horas corren descalzas,
el durazno no se detiene,
radiante, único,
entonces prueba un chocolate,
sufrió una caída muy grande,
calma de azúcar,
paz de sabor,
se derrite en los labios,
mientras muere lentamente,
vuelve a renacer, como siempre,
triste y contento,
cambia rápido de flujo,
cambia con el viento,
cambia con las nubes,
cambia con la luz del cielo.

Sobre las Leyes

El ocaso de las mariposas
es solo símbolo de algo más,
de la decadencia del mundo,
ya la naturaleza no es indulgente,
hemos roto demasiadas leyes
que no conocíamos,
que nos pusimos a inventar,
y que han definido al mundo,
así es como está,
la tierra tenía su reglas difusas
demasiado claras,
llegó la consciencia a cambiarlas,
a jugar desde de sí misma,
para definir sus parámetros,
si las tardes ya son esquivas,
o la oscuridad previa al amanecer
nos encanta con su ausencia,
si el que salta no cae más,
o el que cae se detiene sin caer,
sin tocar el piso, a mitad del vuelo,
si la tierra se detiene
y da vueltas el sol, con la luna,
el sonido chocará con el aire
volverá reverberando con la nada,
los mares crecerán como quieran,
no como lo digan las leyes,
todo abogado perderá su trabajo,
porque la tierra dejará de ser tierra,
el viento no soplará, el frío será cálido,
y el calor más caluroso,
mientras todos se congelan,
con las nieves del tiempo,
en cualquier lado, incluso en Quilpué.

El Perdido

La luna estaba triste y cansada,
el cielo lo extrañaba,
y el viento a sus plegarias,
la tierra no sentía sus pasos,
le entristecía el silencio,
ausencia del temblor leve
que provocaba su paso firme,
el mar ya no lo veía de vez en vez,
cuando salía a buscar consuelo
para tanto cansancio
por tantas plegarias, tantos pasos,
tantos temblores leves provocados,
los muros recordaban con manchas
los lugares donde se había afirmado,
ebrio, con resaca, débil, cansado,
llegando de los confines de la noche,
noche que también lo recordaba,
a veces se nublaba,
y las nubes llovían su retorno,
querían volver a notar clavados sus ojos
como estacas atentas y pensativas,
la perdición, que fue la que se lo llevó,
es ahora la que más lo extraña,
pues es a ella a quien más días dio,
a su suave meditación,
a la constante duda del ser,
al abrazo que le entregó,
antes de darle la mano
para no volver jamás,
la soledad y el silencio
se fueron con él, en un bolsillo,
dejando tras de sí todo el ruido,
los sonidos de las personas,
sus ciudades, su mundo.

Visión Angelical

¿Por qué aceptas todo esto?
Veo el temor en tus labios,
un suave temblor que se acerca
pidiendo auxilio y abrazo
a la firmeza experimentada
que pueden dar, tal vez, los míos.

¿Por qué lo haces?
¿Sabes siquiera lo que intentas?
tan expectante como aterrada,
nerviosa, instintiva,
voluntaria condena complaciente,
protegida por tus defensas naturales,
vas saltando tus propios obstáculos,
para darme permiso,
bajando guardias,
derribando paredes,
tus ánimos ambivalentes
te entregan al momento,
liberan tu profundidad,
todo tu ser se levanta
para caer en mis brazos,
perturbadores, desolados.

Te entregas al umbral del dolor,
quedándote en la frontera del frío
esperando el calor en la noche,
una noche silenciosa
en los oscuros rincones de la consciencia,
la suave diligencia del miedo
te abre como flor a la posibilidad,
vista angelical apostada sobre fondo negro,
el color de tus sueños
cuando yacen en mis sombras
y pueden ser liberados por mis manos.

Amantes Momentáneos

Los amantes momentáneos,
se placen de la levedad,
cuidan sus momentos,
aprovechan la oportunidad
con todos sus costes asociados,
la pérdida y la ganancia,
lo dejado atrás,
el silencio demuestra olvido,
mientras el habla es exceso,
los amantes momentáneos
viven en el punto muerto
entre sus deseos y la realidad,
siendo siempre irreales,
cubiertos por el transparente velo
de las palabras silentes,
las sensaciones son instantáneas,
la euforia, por tanto,
se expresa en tramos cortos,
pero precisos en su totalidad,
recuerdan nunca hablar demás,
tienen presente su individualidad,
todo está claro, quizá demasiado,
los límites expuestos,
siempre tras el cristal oscuro,
y un vaso, una copa, un cigarro,
el mejor lenguaje es instintivo,
animal, salvaje, libre,
las cuentas claras,
ni un pestañeo los ve del brazo,
y sus manos no se unen,
sus labios no se tocan,
la fecha de expiración,
las aspiraciones personales,
jamás mutuas,
la inspiración para seguir vivo,
el flujo de humo espirado,
el tiempo no existe, cariños míos.

Film Buff

La película tiene su magia,
es excelente con sus ángulos
y sus imágenes,
pero el libro te atrapa,
te presenta tal profundidad
del ser de los personajes
que no te queda más que rendirte,
sentir simpatía por su ser
e identificación con ellos,
leerlos, letra por letra,
carácter a carácter,
el guión no es más que eso,
la improvisación es del lector,
creando, ladrillo a ladrillo,
todos y cada uno de los edificios,
levantando, raíz por raíz,
todos los árboles,
el mundo es libres en su mente,
la pauta se da por el autor,
el resto es un juego de palabras,
un juego de ejemplos,
un juego de conocimiento,
la película encanta, llama la atención,
la redacción te enamora,
en la personalidad vertida
del autor para ser maleada,
amalgamada durante el relato,
volviéndolo eterno.

Té

Tres tristes tazas de té

están servidas, 

las tazas de té, 

con dos de azúcar,

no queda claro si cucharadas

o tal vez terrones,

para endulzar las tazas de té,

son soportadas por un plato,

un plato de té,

sobre el que se derraman

unas gotas de té,

que dejaron su recorrido marcado,

del borde, por el costado,

marcando su estela rojiza,

hasta detenerse y derramarse,

como lágrimas de té,

la tetera ya silbó,

vertió su contenido humeante,

para poder preparar el té,

luego besar la taza,

sorber sin sonido alguno el té,

probarlo un momento

y dejarlo así,

tres tristes tazas de té,

una más triste que las otras,

con más lágrimas de té.

Portafolio Lleno

Llevo demasiados días
teniendo por farol mis cigarros
en esta casa de tinieblas,
mucha oscuridad y soledad
para una sola persona sola,
quizá ya he alcanzado mi límite,
o tal vez no,
pero me parece que así.

Hace frío y no tengo ropa de cama,
llevo muchos días recordando
que todo tiempo pasado fue mejor...
y es así, fue mejor, fui mejor.

He llevado todo esto demasiado lejos
y se me ha vuelto un tanto incontrolable,
un poco inconsistente, aunque inapelable,
las sombras proyectadas, el frío,
la tristeza adherida a los muros,
las rayas de los vidrios, antiguos,
antiguos como el tiempo mismo,
gritando en silencio su dulce agonía,
la he aprendido a disfrutar también yo,
un chasquido me recuerda que estoy vivo,
como el agridulce sabor del amanecer,
solo, solo en la misma cama,
y en esta casa prestada por la casualidad,
todos los fantasmas se esconden,
para dar paso a la realidad,
donde despertar no es despertar,
el sueño no es más una posibilidad
y los fantasmas tienen nombre,
vestimenta, zapatos, sueños,
siendo perseguidos por sus fantasmas,
en el círculo de la vida,
sobre la esfera interminable,
con sus miedos inagotables.

Rendición de Límites

Llevo veintiún años sobreviviéndome
y aún sigo pensando que es imposible,
todavía creo que no me aguanto,
desde los primeros momentos
hasta ahora, en este mismo instante,
con la certeza de que el siguiente,
el momento que venga, será igual
con toda problemática de aguantar,
de intentar aceptarme y negarme,
todo a la vez, revuelto en una frase,
en un movimiento.

Soy una pestaña que cae
desde algún rostro,
desde algún sueño,
Morfeo silente y eterno,
jugando como inconsciencia,
con la posibilidad de ser más,
siendo más, jugando más,
hilvanando imágenes,
una tras otra, y otra,
jugando con mis productos,
pensamientos cortos,
ideas puntuales se aplican
a ciertas otras necesidades,
que no son más que inventos,
creaciones del mundo, del hombre,
para poder dominar al hombre,
todo apesta a muerte,
una muerte bien limpia
en manos de otra persona,
quizá sea yo, fuera de mí.

Mi eternidad es siempre tan limitada,
tan corta de tiempo, tan bien dimensionada.

Tranvía

Tanto te escucho en la queja,

te mueves como león enjaulado

en la duda constante,

en la búsqueda de razones,

de motivos de lo que sucede,

del porqué te sucede eso a ti,

precisamente a ti,

pero no te ha sucedido nada,

lo que pasa le pasa al mundo,

transcurre en la historia,

vivimos asociados al tiempo

y, definitivamente, al espacio,

remite nuestra vida de lo alto,

no hay, ni habrá jamás,

explicación completa a su extensión,

las cosas pasan porque pasan,

más allá es especulación,

triste queja, innecesario desvarío.

Me despierto sentado 

en un tranvía sin nombre,

mirando paisajes desconocidos,

hermosos todos, irreconocibles,

me siento bien, me siento bien,

sentarse y sentirse, sonreír,

el cuerpo en conexión con el alma,

y el alma corriendo rápido,

por las lineas férreas del abismo,

justo al borde, mirando silente,

llevado sin preguntar a mi destino,

el destino no existe,

pero otra cosa no podría pasar.

Futuro

Un buen día voy a salir,
voy a volver
y todo habrá cambiado,
yo seré otra persona,
el lugar estará distinto,
se notará los vientos pasados,
las lluvias que han caído,
las horas no pasan en vano,
y serán muchas de ellas
las que pasarán antes de que vuelva,
el mundo será otro
y otros lo poblarán
de distinta forma, el mismo lugar,
los árboles serán distintos o diferentes,
quizá los mismos,
más viejos, más sabios,
tal vez serán otros,
jóvenes y vitales,
el sol quemará más,
pero no importa demasiado,
tal vez pronto deje de alumbrar,
será un futuro distinto y distante,
puede no ser tan distante en realidad,
lo que viene no está escrito,
lo que digo no es necesariamente verdad,
solo es un momento posible,
un momento entre tantos otros,
la descripción de un deseo,
de una búsqueda implacable,
pero nada es precisamente importante,
las huellas están demarcadas,
el destino es impostergable
y totalmente desconocido para todos.

Sumisión

Que el paso del tiempo es irreversible,
los años sobre el cuerpo irrevocables,
el cansancio asimilado es irreductible,
todo pasa para quedarse,
como un recuerdo, triste o alegre,
un recuerdo, un recuento, una suma,
el resultado de arrastre sostenido,
junto a la audible caída y desprendimiento
de los bordes expuestos de la montaña,
el sedimento se va con el viento,
se junta en los bancos de arena,
en el fondo de todos los mares,
en algún lugar vuela un vestigio,
un vástago sin arte ni parte,
sin madre ni padre, tan lejos,
todo está tan lejos de ser aprehendido,
nuestras manos cortan viento y agua,
no encuentran nada, imágenes lejanas,
sería lo correcto el desprendimiento,
o quizá dejar total libertad al viento,
al tiempo, que corra sin límites,
sin ir de mi mano como atadura,
o sea al revés, como tenga que ser.

El Pueblo

Hemos levantado a las burbujas,
son ahora nuestras aliadas,
como antes lo fueron las rosas,
y en su momento los claveles,
se nos sumó mayo,
también estuvo la primavera en pie,
por su parte los estudiantes se levantaron,
los españoles se destaparon,
he oído de lápices contra armas,
de pintura y música acallando las balas,
el amor y las paz fueron consigna,
algo más que palabras vanas,
mientras unos quemaban libros
otros los escribían en las trastiendas,
los intercambiaban en las peñas,
en los rincones oscuros,
rincones que fueron iluminados
con los pensamientos de unión,
mientras los pasos no se detienen,
siguen reivindicando lo sueños de muchos,
por sobre los intereses de unos pocos,
siguen salvando la memoria de los caídos.

Hemos tenido vicios,
tantos como los líderes que han surgido,
caídas han sido muchas,
quizá más que las victorias,
y la violencia fue en su momento
forma, creencia absoluta en ella,
importancia del logro,
sin importar camino ni sendero,
eso ha cambiado, con excepciones...

Como dije, hace poco vi burbujas
volando hacia los sables levantados,
vi las posibilidades de la calma,
pero de una calma expectante, atenta,
fija en los valores y principios de siempre,
afinándolos de la mano de la cerveza,
de la conversación, del cigarro,
mientras se aproxima el momento de la acción.

Mesón

Esta noche tu perfil se ve precioso,

ese carácter cargado de problemas,

la profusión con la que fumas

y la constancia con la que bebes

te hace ser simplemente hermosa,

tan natural, tan real, tan tú,

tu brazo me da la bienvenida,

el izquierdo, apoyando el codo,

sosteniendo el cigarro 

entre el índice y el anular,

levemente inclinado sobre el cenicero,

aún hay restos de humo

de tu última bocanada

sobre los restos exánimes de tabaco.

En tu otro brazo hay otro gesto,

la gracia protectora con el vaso,

cuidando maternalmente al cristal,

y más que al cristal, su contenido.

Tu cabello cae desgreñado,

sin toma, ni vaina, ni amarre,

una arma brillando bajo las luces,

lista para enredar cualquier palabra,

volverla vacía, acallarla al instante,

tus ojos se ven luego, oscuros,

perdidos en la infinidad de las botellas,

más allá de la estantería,

tu boca tiene una mueca también vacía,

buscarle un sentido o describirla

sería perder el tiempo,

amasando ideas que volarían,

sin que jamás las tomases,

tal como pasa con el resto de tu cuerpo,

sostenido por lo indefinible,

lo inexplicable, libre e intocable,

independiente de todo,

jamás te diría esto, ni lo hago,

tu gesto es certero en impedir,

en limitar que intercambie palabra,

tú sin nombre, yo exhorto, embelesado,

el silencio es medio firme para este momento.