jueves, 6 de febrero de 2014

Sumisión

Que el paso del tiempo es irreversible,
los años sobre el cuerpo irrevocables,
el cansancio asimilado es irreductible,
todo pasa para quedarse,
como un recuerdo, triste o alegre,
un recuerdo, un recuento, una suma,
el resultado de arrastre sostenido,
junto a la audible caída y desprendimiento
de los bordes expuestos de la montaña,
el sedimento se va con el viento,
se junta en los bancos de arena,
en el fondo de todos los mares,
en algún lugar vuela un vestigio,
un vástago sin arte ni parte,
sin madre ni padre, tan lejos,
todo está tan lejos de ser aprehendido,
nuestras manos cortan viento y agua,
no encuentran nada, imágenes lejanas,
sería lo correcto el desprendimiento,
o quizá dejar total libertad al viento,
al tiempo, que corra sin límites,
sin ir de mi mano como atadura,
o sea al revés, como tenga que ser.

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