domingo, 22 de diciembre de 2019

Juzgar

Otra vez, conozco mis errores. El ostracismo, el silencio, las malas elecciones. La esperanza de que lo malo no sea tan malo. Excusarse la culpa en buenas acciones imaginarias tras el placer hedonista. Disfrutar en silencio el silencio de los callados. Disfrutar en el ruido todos los sonidos que forman la cacofonía de la vida moderna. Disfrutar la normalidad, la meseta y la estadía. Asumir que nada es normal salvo la sensación de lo normal.
Otro día me levanto con convicciones que son dudas, con sonrisas que ocultan preguntas. Siempre me he preguntado cuando cosas me han querido preguntar las afirmaciones y los rostros expectantes de todos los días.
El mundo arde mejor entre mis manos, entre mis labios, entre mis recuerdos de años dorados. 
Quizá el mundo ya no arda para mí. Quizá arde como siempre lo ha hecho, independiente de mis intentos de ver arte en la destrucción, de encontrar las más altas cotas de satisfacción en las simas profundas del abismo al que nadie me ha obligado a caer.
O quizá sólo necesito un gato.

lunes, 14 de octubre de 2019

Colores nuevos

He perdido la inocencia.
Ahora conozco mi vergüenza
Y he escuchado el silencio más profundo.
La voz real que tengo
El peor de los enemigos,
Dentro.

No hay palabras,
He perdido todos los sonidos,
Sólo queda un recuerdo,
Intento de respuesta,
Las formas de regresar,
Sin irse, quedándose,
Arrastrando los pies,
Agitando las manos,
Sin ánimos,
Sin deseos de seguir,
Continuando.

Jamás podré olvidar
Que fui inocente,
Que fui simple
Que me perdí sabiendo
Que no volvería a encontrarme.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Un reinicio

No he presiona las teclas correctas en mucho tiempo. He ido cayendo al vacío con el suave transitar de una pluma. Nadie me ha empujado, construí una seguidilla de momentos poco adecuados para poder llegar a este punto.
Me impresiona lo que fueron mis amores adolescentes al recordarlos. Detesto pensar en la necesidad de reconocimiento ajeno con la que construí mi personalidad actual. He cambiado, me siento mejor así. Escribo mejor, pienso mejor, amor mejor. A mí y al resto. Las cosas ahora tienen más silencio, aunque estoy sentado en el mismo lugar donde comenzó el periplo imposible de estos sueños que se cumplieron y apagaron rápido y con un estruendo.
He estado triste y he estado alegre, he pasado el tiempo y lo he detenido, he cambiado y me he estancado. Nunca he estado mejor, jamás había estado peor. Me impresiona todo lo que he aprendido viviendo cada momento que me ha traído aquí. Me impresionan los recuerdos solitarios y en los que me han acompañado.
Supe volar y supe caer, nunca aprendí a aterrizar y exageré siempre en todos los caminos que tomé. Siempre sentí que pensaba demasiado y me fue muy mal cuando actué sin pensar.
La verdad todo siempre estuvo planeado.
Orquesté un final para llegar a este momento.
Al menos siento amar mejor a medida que ha pasado el tiempo.

sábado, 25 de mayo de 2019

Envejecer

Lo que te hace especial se diluye lentamente, dejando resabios de las posibilidades que esperaste cumplir. Eres una promesa vana de ti mismo. Dejar el sueño atascado en la entrada, quedándose para siempre en la nube; el espacio incierto de todo lo que podría pasar y no pasa jamás. 
Cada día tus células se mueren, todo se acorta un poco en las largas duraciones del mundo. No parece notarse que un grano de arena se haya movido esta noche, cualquier noche, todas las noches. Desde el cielo somos un montón de puntos indistintos; si el creador supiera lo que hizo, no le importaríamos tanto. No sé si hay un creador, no me corresponde a mí decidir o explicar o contar creencias ajenas. Todo sigue en el ámbito eterno de la posibilidad.
En especial lo que te hace especial.
Potencialmente alguien haciendo potencialmente algo para lograr un sueño que se termina disolviendo en un mar profundo de frustraciones e ideas perdidas. 
En la biblioteca de los libros rechazados sigue haciendo el frío que habita una nube, sigue sintiéndose la presión que llena las sensaciones de los creadores. Todos los libros, al ojearlos, están en blanco, sus creadores olvidaron sus idead en el proceso de intentar crear realmente algo que lograra otro algo, más algo en el abstracto de sus pensamientos.
Mi reino por una idea.
No la quiero. Temo el momento en que logre el clímax de mi vida teniendo esa idea perfecta que me permita sentir que le doy sentido a todo el potencial desperdiciado en años de existencia opaca y difuminada, borrosa. Un momento de luz que luego traerá la oscuridad. Después de la luz, la opacidad eterna.
Nada duele tanto como ese momento perfecto cuando se va.

domingo, 10 de marzo de 2019

Lo que estoy pensando

Intenso, veloz,
quizá fugaz,
pero imposible de obviar,
como si nada importara
y todo pudiese pasar.

De un momento a otro,
desde el vacío eterno
que repta por mi interior,
el interés, 
las palabras mágicas,
lo simple y lo complejo,
al mismo tiempo,
en el mismo instante,
en la misma mirada
y en la misma duda,
acompañada de 
una sola y simple certeza.

Quizá nada pueda suceder,
todo juego tiene reglas, 
toda persona tiene límites,
todo momento tiene final.

El día sigue igual,
el ruido, las luces, los colores,
mis ideas son un torbellino,
las palabras una catarata que
rompe en el vacío.

viernes, 18 de enero de 2019

Fruta y comensal

Probar dos veces
la misma fruta,
está prohibido.

Lo quieras o no,
nunca es la misma fruta,
o quizá lo sea,
pero no es el mismo sabor,
cada rincón se ha
puesto al sol o a la sombra,
umbra y penumbra,
y luz,
cada parte es distinta
si pasa el tiempo
algo varía,
algo cambia,
algo es nuevo,
eternamente nuevo
y otra parte es esencial.

Dulce y agraz,
la fruta prueba al comensal,
lo acepta o lo rechaza,
se desarma en su boca
creando la sensación placentera,
o simplemente es un alimento,
soso, irrelevante.

Tanta novedad
en cada encuentro,
en cada palabra,
en cada instante,
en cada silencio.

¿Cómo no quererlo?

Todo tiene tantos prismas,
tantas posibilidades,
y sé que entre nosotros
son infinitas.

Ambos somos,
al mismo tiempo,
fruta y comensal.

miércoles, 2 de enero de 2019

Este momento.

Relaja la mano
y deja que se vayan
las últimas cenizas
de un recuerdo,
los momentos han muerto,
solo fue un intento,
la oportunidad única
de la vida.

No hay repetición
ni segundos momentos,
ocurre en un acto,
ocurre en una acción,
ocurren de una
y ya fue, se acaba.

Pero no es malo,
solo es un poco mejor,
todo se pierde en el intento,
fallé ayer para llegar a esto.

Quizá por eso no debería
dejar correr la lista
y elegir más,
quizá menos.

No sé bien que decir,
prefiero que las cosas
sigan su curso,
todo está en el destino.

Eso es lo bueno,
solo así nos terminamos topando
en la densa vorágine de existir.

Ni los que han vivido más
han develado el secreto,
todo queda al experimento,
yo nunca fui científico,
quizá tú sí puedas.

Mientras mis letras
se vuelven tinta muerta
y te intento decir algo,
que ni yo tengo claro,
estoy perdiendo
lo que quiero darte.

Un mensaje,
aprovecha la oportunidad.