sábado, 31 de diciembre de 2016

Esperanza, sólo un nombre,
Soledad, con ella la sensación,
Consuelo, no lo era nunca,
Valentina, no calzaba en el momento.

Todas son un grupo
de silencios que me quedaron
con significados variados,
y variados los caminos
que en la tarde nos separaron.

Todas las tardes, la tarde.

Todas las despedidas,
la despedida.

No importa,
termino solo al final del día,
cuando no quedan rojos
ni matices,
solo.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Fragmento 2

Es el tango que no conoces y que suena de fondo. De fondo hay un bar de mala muerte, entre puterio triste y salón de baile de algún filme neorrealista. Precisamente eso.
Ya casi nadie conoce el tango, que llaman arrabalero como a la cueca, el salón cambió de fondo y tú no lo viviste, fue en otro tiempo, más adelante. Con el cambio llegaron las normas, las reglas, los trajes, los instrumentos. No sé que hago en un arrabal, tampoco lo entiendo, la palabra me es ajena y, sin embargo, muy propia,
Ajenos también los que me rodean, en especial tú, que pareces tan cercana y tan mía; tan distante y desconocida. Te acercaste y tomaste el puesto de alguien que debiste ser y no eres.
Yo soy, y la nada.
Y yo aquí, bailando como solo, pero contigo. Sintiendo los ardores de la pasión que me provoca una música, sintiendo mis propios movimientos, todos lentos, pausados, melancólicos.
Eres la posibilidad, no más, el potencial. Una Alicia sin país ni maravillas. Un silencio en mi historia que no olvidaré ni recordaré con certeza.
Soy poesía. Lo trato, al menos. No resulta. Jamás lo hace.
Ella es cuento, puro cuento. Me contaste una historia antes de esto, y mis corazas se levantaron para abrir el paso a este momento. Lamentablemente el artista no es arte ni su dueño; el que escribe solo escribe y le regala las palabras al viento que se las lleva al lector que las apropia en símbolos propios, distintos y amenos.
Tienes miedo de estar sola en este lugar, solo es eso. No me ibas a regalar tu arte; jamás conocerías el mío. Sólo estamos matando el rato, perdidos en el tiempo y el espacio.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Sentidos

Cuando toda la creatividad está embotada en un proyecto que no es proyecto, sino que es sólo la proyección de los deseos de otros, en sus simas más insondables. Nadie sabe lo que pienso no lo que hago a estas alturas, el boicot constante contra mi persona hecho por mí mismo es la prueba más clara del final cercano. Terminar es empezar un ciclo nuevo que es desconocido.
Pretendo continuar con la senda propuesta, que es perdida y ganada en las mañanas y en las noches, cada día, hasta el fin de los tiempos.  Pero no es mi ciclo, mi ciclo es otro, predestinado y predispuesta, mis planes son solo ucronías que no se salvan del avance del tiempo.
Todo tiempo pasado fue mejor, lo demuestra el héroe muerto, cuando todavía era héroe, o valía la pena serlo por los caminos manchados. Otros antes que él marcaban el ritmo de la aventura del tiempo, para sobrevivirlo en la boca de otros que le dan nombres tangibles, parte de las populares artes del refrán, el recuerdo y el bien común. No quedan héroes hoy, no son, no se hacen, no nacen. Sólo los silencios de los cementerios.
Cuando pienso que estoy escribiendo (y lo hago), es sólo el silencio, también embotado, que le da espacio a las teclas para que sigan rasgando el mundo, a falta de lápiz que rasgue el papel, el mundo. Y los relojes digitales que nos da otros silencios.
Quedan pocos lugares realmente oscuros en el mundo.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Proyecto iconográfico

Somos solo el aire que somos. 
A veces me despierto queriendo escribir la mejor novela del mundo. Y lo hago, durante todo ese día escribo, largo y tendido, la mejor novela del mundo. Hojas y hojas, lineas y lineas, palabra a palabra se construye la idea, la obra, con todos los andamios necesarios, define su emergencia desde el principio hasta el punto en el que morirá sin ser jamás algo que el incompleto trazo de una posibilidad.
Y era tan buena idea
Siempre en el amanecer siguiente de ese a veces, desecho todas las ideas, me parecen absurdas. Olvido la manera en que continuaba la trama, la figura que quería poner, la imagen que expresaba el quid de la cuestión. Lo olvido todo, lo pierdo todo. Me pierdo yo.
Quizá sea un compromiso filosófico. Las ideas no existen, solo son. Para qué darles forma.

martes, 6 de diciembre de 2016

No. Yo sé, y lo digo con total certeza, que te incomoda el desinterés de mis acciones. Quieres que te pida algo, tus ojos lo dicen cuando me ven llegar porque dices necesitarme, el aire que te rodea es distinto, pero es aire, y, tú sabes, yo soy buen lector; lo que te digo está escrito por todo tu rostro. Después de cruzar océanos para escucharte, y sé que es exagerada la alusión, no entiendes bien que hacer después de solucionada tu necesidad.
No.
No tienes que hacer nada, podemos despedirnos y cada uno tomar un lugar distinto y distante en el espacio. Vale la pena el esfuerzo, pues mi altruismo está lleno de placer en la sensación de acompañarte ahora que me llamas. Crepitas y apagas, y yo puedo verlo, me complace ver una pira en su auge y decadencia. No es que quiera verte caer, por el contrario, la pira es el problema,
No lo sé, no es sadismo, aunque sea asiduo al Marqués.
Tranqui, la paga viene del acto mismo. El silencio es un placer para cuando estoy solo, y ahora mismo no quiero estarlo porque estoy contigo. No cobro por hora, pero saco siempre mis réditos, al final me siento distinto, así como tú.
Todo sea por ese final.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Aterrizaje forzoso.

Las miradas de pronóstico reservado
escondidas por unos lentes
oscuros como el destino
que me espera si no hago caso
a esas miradas.

El espasmo de sentir
el espasmo de sentir
el espasmo de sentir
que se ama y se es amado,
justo en la boca del estómago,
justo donde golpea la patada (la peteá)
justo donde se define la despedida
antes de ser otro espasmo
de sentir el espasmo del dolor.

Y las piernas temblorosas
por el frío
de la mirada de pronóstico reservado
que me diste antes de irte
subiendo las escaleras.