jueves, 8 de diciembre de 2016

Proyecto iconográfico

Somos solo el aire que somos. 
A veces me despierto queriendo escribir la mejor novela del mundo. Y lo hago, durante todo ese día escribo, largo y tendido, la mejor novela del mundo. Hojas y hojas, lineas y lineas, palabra a palabra se construye la idea, la obra, con todos los andamios necesarios, define su emergencia desde el principio hasta el punto en el que morirá sin ser jamás algo que el incompleto trazo de una posibilidad.
Y era tan buena idea
Siempre en el amanecer siguiente de ese a veces, desecho todas las ideas, me parecen absurdas. Olvido la manera en que continuaba la trama, la figura que quería poner, la imagen que expresaba el quid de la cuestión. Lo olvido todo, lo pierdo todo. Me pierdo yo.
Quizá sea un compromiso filosófico. Las ideas no existen, solo son. Para qué darles forma.

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