domingo, 28 de octubre de 2018

Recepción y estadía

La puerta está entreabierta,
siempre lo estuvo,
en mis manos quedó el pomo,
no estaba frío como debería,
ardía con deseo,
llamaba a la prontitud,
dolía en los dedos,
dejó una marca, un recuerdo.

Tomé el borde,
con levedad y delicadeza,
los bordes siempre son el
punto de intercambio,
el espacio para la relación,
donde pido
y alguien más pide,
se fijan las apuestas,
a veces quiero y otras puedo,
casi nunca son las dos.

Tomé el borde y pasé la hoja,
una resistencia,
estaba entreabierta,
cede tan rápido que no parece,
surge la duda, crece,
desaparece.

No hay duda,
me espera lo que viene,
yo no puedo esperar.

Entro y la oscuridad es húmeda,
me detengo y la vida es húmeda,
continúo y los pasos son húmedos,
avanzo y las marcas en la madera son húmedas,
soy recibido y la recepción es húmeda.

Pero es el lugar el que me recibe,
no está ocupada, pero lo parece.
se siente mía, pero no lo es,
me relajo, no,
no lo hago, no puedo,
cruje. yo exhalo,
no sé que hago adentro,
pero sé que no quiero salir.

jueves, 18 de octubre de 2018

El pensamiento.

Mañana será otro día,
mañana es el principio,
después de la madrugada,
principio es el inicio,
principio es el punto de partida
para todo lo que vendrá después,
aunque no es más que una marca,
una muesca para recordar
donde ya estuvimos
y no perdernos en el bosque.

El bosque es enorme,
lleno de hojas secas,
de raíces sobresalientes,
del haz de luz que se retuerce
para rozar mi piel,
rozar el piso, tocar el suelo,
alimentar los vástagos de
los árboles que viven hace
mil años de hombre antes del hombre.

El bosque es inabarcable.

Solo se puede abarcar como un
potencial de idea,
el mar en el vaso,
el pequeño ser en el vasto infinito
de la limitada capacidad de imaginar.

Soy mi silencio
y todo lo que callo,
para decirlo mañana,
cuando comienza todo,
como en un recuerdo
donde ya empezó.

martes, 16 de octubre de 2018

Sobre la Novedad

Que lo nuevo es nuevo,
y por nuevo es bueno,
lo dudo,
con la profundidad de
la certeza de la zona de confort.

Algo en la novedad,
de la que me he quejado,
por ser más utilizada en mi contra
que en favor mío,
me ha mantenido en vilo,
dudando de mis verdades,
menos ciertas hoy,
que me miro,
que te miro,
y no me reconozco,
renegando de lo que fue mío,
sin serlo,
porque nada es mío,
ni siquiera los principios
que me poseen
y yo no a ellos,
gracias por venir
a ver este desorden
que me has dejado
guardado bajo la alfombra,
entre los polvos
barridos por años,
ocultos como recuerdos
que se deben tener,
pero no encontrar seguido,
aquello que se teme,
y yo le temo a lo nuevo,
más que a todo lo viejo,
le temo a tus demonios
mucho más que a los míos,
aunque le temo a la reacción
que pueden tener los míos,
pues es lo único que poseo.

Mis demonios.

Nada más.