lunes, 21 de octubre de 2013

Sinceramente

Ya he hablado honestamente,
y es hora de hablar sinceramente,
me deprimo hablando contigo,
porque este sentimiento no quiero perderlo,
y siento que eso puede pasar,
pero da igual en este preciso momento,
porque quiero tenerte entre mi brazos,
y tengo ganas de hacerlo,
al final no me encuentro en otro lugar o momento,
no me encuentro fuera de esto,
aunque me busque, aunque tema,
me gusta así, amarrado a la libertad,
al borde del límite de la visión periférica,
un punto extraviado en un punto extraviado.

Ya he hablado constantemente,
estoy algo cansado de mí mismo,
eso lo he dejado más que claro,
pero no soy tan claro como para dar claridad,
la claridad viene en la perturbación del mar,
en el exceso de perturbación,
ahí donde se lanzan más piedras
el fondo está más claro,
las algas tocan el cielo,
el hombre evoluciona del pez,
todo va surgiendo de la piedra
que rasga el aire, que rompe el agua,
que parte el mar y todo lo que es real,
y cuando las ondas se dejan de expandir,
la claridad se nubla,
para caer en el principio difuminado,
los inicios están como deben estar,
el final no tanto, no tanto.

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