lunes, 20 de octubre de 2014

Construcción del Sueño

Describo a la niña
igual como describo el palacio,
su música es la de ella,
resuena por los pasajes
de las distintas habitaciones,
porque está hecho de tal manera
que suene en todo rincón,
el silencio es musical,
sonoro y tranquilo,
apaciguando a los que le habitan,
con los más bellos tapices,
eventos del pasado remoto,
la nostalgia y la melancolía,
un palacio a la memoria,
a la paz de otros días,
todo tiempo pasado fue mejor,
excepto vos, querida.

La delicia de sus frutos
es compartida por ambos,
verdes campos,
manzanas sabrosas,
las asombrosas sombras
que se proyectan
sobre pastos calmados,
mares verdes en descanso,
árboles y vida
rodean los ríos
que cruzan los jardines,
no hay jardín que se resista
al placer de la tarde,
la luz cegadora
de un sol que se escapa,
perseguido por la luna.

Cada cuarto tiene un aroma,
azafrán, canela, vino tinto,
cada habitación tiene un aroma,
un recuerdo asociado al aroma,
un placer se condice,
las camas eran suaves,
muslos de mujer en verano.

Cuando los andamios declinaron,
se hizo el silencio,
del silencio nació la luz,
regalé lugares comunes,
era tan bello que fue inhóspito.

Con el palacio listo
me voy al descanso.

Otro día vendrá
una canción más bella,
más dulce y melodiosa,
en este tenía pena.

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