sábado, 30 de agosto de 2014

Cielo Abierto

Si mañana me despierto
y veo que sigues por acá,
sabré que has sido
buena y mala compañía,
si mañana ya no sale el sol
no tendrá sentido
lo que sea esta divagación,
pero siempre me place
pensar en volver a despertar,
pensar en no hacerlo más,
sería buena porque lo sería,
seguiría siéndolo al amanecer,
con la continuación de la noche
por dulce desayuno,
pero mala por no poder
siquiera darme un día
para extrañar a tu ser completo,
con el agridulce placer
que nos da la despedida.

Si me despierto acompañado
nuevamente por las sábanas,
todos los días de la cama
al pasillo, del pasillo
al silencio de la cocina,
un trago de algo,
una mordida rápida
y un balbuceo indescifrable,
será un gran despertar,
esperando que el colchón
no haya escapado otra vez,
que el hogar ahora
ha sido el llamado del pasado,
entre los sueños nublados
de los que es parte,
abrazado de un cartón,
entre cajas viejas y cielo abierto.

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