miércoles, 20 de agosto de 2014

Cacería

Ir directamente a la yugular,
sin intermediar demasiadas ideas,
atacar el punto preciso al primer atisbo,
nada de vehemencia y mucha calma,
los instantes pasan y sigue,
siempre hay un secreto sacro
que amerita ser profanado,
poniendo todo en un solo momento,
arriesgando el vacío y la nada,
un salto, un solo salto, un arco bello,
ni te imaginas cuanto le he coqueteado
a este preciso momento,
el salto no es más que el clímax,
el cúlmine segundo de este desarrollo.

Se duerme tranquilo después,
se ronca sin pensar en volver,
la caza ha sido buena nuevamente,
no hay necesidad de trofeos,
ni de caricias sonrientes,
el acecho se ha acabado,
los apetitos ya saciados
demandan la calma en las aguas
y la inmovilidad de los arbustos,
el momento cúlmine viene después,
luego del anterior, al final de esto.

Un último intento, logro y aquí estamos,
muchos días de besar sombras,
persiguiendo vagas quimeras,
agazapado a la distancia adecuada,
aunque a veces la sintiese demasiada,
las presas más apetecibles
siempre tienen los mejores sistemas
para protejerse de sus depredadores.

El día que la luna ponga los pies en la tierra
será el fin de todo lo que conozco,
con la excepción de los sentimientos,
lo comido y, por supuesto. lo bailado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario