domingo, 29 de junio de 2014

Honra la Apatía

No hay pasión en los ojos,
en el pecho, en el estómago,
ni quiero algo, tampoco lo siento,
ante el mundo me siento cansado,
ante mí mismo me siento cansado,
todo se vuelca sobre sí mismo,
porque no toma sentido fuera,
en el mundo de fantasía que creé
todo se consume en un momento.
La pasión es irracional.

Y si no me importa soy descorazonado
y quizá sí lo sea,
la indeferencia se manifiesta,
tan malo es ser así,
¿así cómo?
exactamente en la forma en que soy,
el gris es más infinito que el negro,
el blanco es una mancha al final,
nada menos, nada más,
los colores son una exageración,
mientras me exaspera el aire,
o no,
no vale la pena sentarse y pensar,
resignación sentado, echado,
en el inmutable cemento,
tirado y tranquilo,
con palabras descendentes,
siempre condescendientes.

Si se congela todo,
¿cómo no lo haré yo?
¿siquiera importa?
todo pasará como tenga que pasar,
ya sean las piedras fluir por el mundo,
quizá la luz tocar los pozos obscuros,
a veces una lluvia en el desierto,
todo sigue su curso,
a pesar de lo extraordinario.

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