jueves, 12 de junio de 2014

Hedonista Etérea

Un suspiro
que se place en mis nervios,
un momento tímido,
paz intangible y sobrecogedora,
una caricia insegura,
que recorre como un escalofrío,
mi columna, jugando,
riendo ante mis nervios,
un placer innegable,
desde el ser más profundo,
un instante de auto-conocimiento.

Un suspiro
que disfruta y se divierte,
saliendo en un aliento profundo,
queriendo jugar con la boca
que lo exhala en un momento,
no existe espacio para la calma,
si bien hay tranquilidad en el aire,
se sofoca su respiración en un deseo,
se cumple, se busca,
se continúa recorriendo,
recurriendo a sus labios
para acabar con la búsqueda,
saciarse, quitar su sed,
acabar con el espacio, desaparecer,
o quizá nunca haber estado.

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