viernes, 20 de junio de 2014

Aguante

El errante es tan mal visto hoy,
como era normal serlo antes,
la sociedad desecha,
la vida reniega de sí misma,
ni el recuerdo ni el regusto,
ni el buen o mal sabor,
muchas sombras de olvido,
del olvido que se renegó
cuando aún no era olvido,
previéndolo, sin acertarle,
es hora de darse cuenta,
dejar de negar a lo que vamos,
ni renegar de donde se viene,

¡Es tan frágil la memoria,
y tan fresca la experiencia!

Tan fresca como un hielo
bajando por la espalda,
bajando en un escalofrío,
en una sacudida rápida,
una bebida bien helada,
como un corte de una cuña
aguda como un diamante,
rasgando lentamente
antes de que te persiga la sangre,
justo antes de que llegue,
el vacío es tan frío,
así de fresco,
así de quebrada la memoria,
quebrantada la sombra,
ennegrecido el recuerdo,
perdido el sentido,
se empieza a olvidar
antes de que termine el recuerdo.

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