martes, 10 de junio de 2014

Calma

Si la amas déjala ir,
si la quieres déjala volar,
los sentimientos son liberadores,
pertenece a los celestes del cielo,
por ellos se mueve
y hacia ellos se dirige,
quítale el peso de ti,
entrégala a sí misma,
caprichosa como es,
linda, se desliza por las nubes,
como escapa de mí
para posarse en la infinitud,
el horizonte es su destino,
jamás postrada, impredecible,
incontrolable e inconfundible,
amante indiscreta,
búsqueda incontrolable,
la plenitud está tan lejos del suelo,
el brillo del sol es un aura
que rodea su celestial mañana,
divinizando sus vuelos,
aletargando mi paso,
mirando con maravilla
como sus alas se libran
de lo vano que es vivir
atado a la tierra, sobre ella,
atado al pensamiento
y a todos sus problemas,
atado a las búsquedas
que nunca terminan de acabar.

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