viernes, 30 de mayo de 2014

Autocomplacencia

El placer es osado,
siempre lo es,
toda vez que es perseguido,
oculto en la privacidad,
cerrándole a la intimidad,
dotándole de un valor agregado,
siendo encerrado como está,
en el armazón de la sociedad,
puertas adentro,
portón adentro,
muros adentro,
los cuerpos se ocultan
dentro de los muros,
desnudos, todos desnudos,
con temor a ser descubiertos,
el placer está encubierto,
velado, siempre velado,
la intimidad lo enriquece,
casi siempre, a veces,
quizá porque solo así
se puede tener tranquilo,
en la intimidad de uno o dos,
el placer es descarado,
cuando es entre más,
rupturista quizá,
perseguido tal vez,
temido seguramente,
limitado a las opciones de la vida,
aquellas que nos dejamos tener,
porque son pocas, evitables,
transparentes y siempre revocables,
momentáneas, despreciables,
las veces que le damos,
el placer no es una certeza,
incluso cuando es posible y probable,
el placer es triste y alegre,
es un juego de niños.

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