Nostalgia del Silencio

Ya pasó mucho tiempo
desde la llegada de los usurpadores del silencio,
no se recuerda la forma antigua,
su dominio ha quedado establecido,
siendo inamovible de nuestros terrenos,
el silencio ha perdido mucho terreno,
solo quedando los últimos vestigios
de los suspiros nostálgicos de esos días,
el símbolo del dedo índice frente a los labios,
tocándolos suavemente, con el ceño levantado,
ya no es más que un recuerdo pasajero,
éramos todo lectura y movimientos sublimes,
la aspiración del caos ordenado de la tierra
en una respiración profunda, muy profunda,
nos ayudaba a armonizar,
volvernos unos con el silencio exterior,
todo era tan pacífico,
subsumiendo tantas palabras no dichas,
pero representadas en cada acción,
en cada gesto que fluye de las manos
hasta romper contra la roca madre de la calma.

El impresionante ímpetu del ruido
ha logrado callar demasiados silencios,
si bien es admirable tanto brío,
la conquista nos ha llevado a no escucharnos,
el ruido se ha vertido en cada hogar,
como lluvia torrencial e imperecedera,
hasta crear un silencio simbólico,
bajo los altos volúmenes del día,
cubierto a los ojos desnudos,
y este silencio ya no nos comunica nada,
trayendo ahora solo una soledad congénita.