sábado, 15 de marzo de 2014

Despertares

Me desperté con la suave
brisa de un vendaval,
me arrellané en la cama,
colchón de paja
y volví a dormir.

Me desperté por segunda vez
con el frío de un abrazo apretado,
entre los brazos de un desconocido,
bajo la tenue luz del mediodía,
me calienta la cabeza,
será mejor esconderse de nuevo,
y volví a dormir.

Me desperté nuevamente
por la voz de un vendedor de ilusión,
permutando mi fe por salvación,
golpeaba interesado en mi respuesta,
tocaba el timbre con exceso,
apague el sonido,
el sol me mira directo,
observador en serio escrutinio,
cerré la cortina de flores secas
y volví a dormir.

Me desperté una vez más
sin luz, sin calidez,
solo me desperté,
con la una en la cabeza,
el vestigio de una religión muerta,
estoy despierto
cuando las aves no cantan, acechan,
atentas al movimiento fugaz
de una presa cercana,
cuando la vida tiene sentido
en el miedo a la oscuridad.

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