sábado, 26 de julio de 2014

Mi Voz

Porque en mí solo es una pérdida
la inteligencia, malgastada,
la voz insistente e interesante,
que resuena en mi cabeza,
me llama, constante e infinita,
a acabar con el extravío confuso
que ha llegado a mis manos
para ser lo que soy,
haciendo de cada pase,
de cada símbolo de mis manos,
de cada sonrisa vertida
por la caudalosa facilidad de intentar,
en lengua propia embelesada,
expresar con sutil claridad
el frío de la sola interferencia
que recicla mi ser sobre el mundo,
he perdido, he fallado,
está acabado todo acto,
ante la notoria y jamás notable
falta de energía
que rezuman mis heridas,
heridas permitidas, heridas inventadas,
excusas fervientes de lo que sucede,
parroquianas del cansancio,
imperecedero, como el deseo,
aquel que muere y mata.

¿Has visto a la esperanza crepitar?

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