martes, 22 de julio de 2014

Estático

Mucho deseo y poca acción
nos amarra el pensamiento,
disfrutando otra vez
de la idea o el plan,
nos detiene y nos quita tiempo
para actuar, para hacer,
concretar tanto que se dice,
tanto que queda sobre la mesa
de planificaciones,
hemos de actuar más,
independizarnos de la razón,
atacar el momento
como bestias salvajes,
pero con mesura,
la mesura del respeto
por la coexistencia,
nos vemos influenciados,
limitados, prevenidos,
agotados, derruidos,
desolados, entristecidos,
por la sensación y su razón,
el pensamiento como limite,
el pensamiento como sensación,
la pérdida del sentimiento
entre las redes mentales
de exagerados golpes eléctricos
que se transforman en
imágenes, palabras y sonidos,
al final, una amalgama
de estructuras limitantes
y militantes de las formas
de una sociedad decadente.

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