Mi Margarita.

Yo no quiero que a mi niña,
margarita, pajarita,
me la espanten, me la acallen,
me la quiten de la vida,
me la lleven, me la alejen,
me la lancen a la vida,
me la silencien y no alcance
a abrazar yo a mi niña.

Mi niña es tan libre,
tan tranquila, tan bonita,
tan terca, tan sublime,
tan loca, tan calmada,
tan lejana está mi margarita,
pajarita que se vuela,
que se aleja y se vuelve,
que se venga y se quede,
que se vaya sabiendo
que aquí se le espera y quiere.

Mi margarita se desliza,
moviéndose con el viento,
moviéndose con la brisa,
moviéndose con la ventisca,
volviendo por el río,
volviendo con su risa,
volviendo tranquila.