Capacito.

Coordinamos las casualidades
para encontrarnos imprevistos,
manipulamos los horarios,
los días, las horas y lo años,
para controlar el destino,
que a veces se burla descarado,
otras se abre de brazos,
coordinamos las sensaciones
para sentir que sentimos similar,
para sentirnos coordinados,
para disminuir la soledad,
andando al mismo paso,
topándonos en una esquina
casual como nada, como todo,
a pesar de que coincidimos,
alguna vez en algún momento,
en que no coincidíamos,
capaz que nos veamos,
pues a estas alturas es una capacidad,
la de encontrarnos de pronto
y sin previo aviso,
excepto el de los signos
que nadie ha fijado,
pero que se entienden tan claros
como el amanecer,
reflejo de algún anochecer
premeditado y confabulado
con esta misma luz naciente.