jueves, 4 de julio de 2013

Día 20

No es solo pensar en algo,
es pensarlo, de verdad,
detenerte en el medio de la caminata,
con la mano en la barbilla,
mirando un horizonte inexistente,
con aquella sensual mueca,
que busca seducir a las ideas,
y que de a poco se acerquen,
lento, suave, seguro,
solo eso, nada más.

Vienen con el viento del atardecer,
para el aspecto romántico,
con el espectro de posibilidad,
y ese último retazo de calor,
con el cielo rojo en degradé,
anuncio de nueva palabras,
de la melancolía del calor,
del abrazo del frío,
ambos templados en inviernos tibios.

La idea seducida te llega de una flor,
y ¿cuándo cae un pétalo por su propio peso?
o solo caen porque me quiere,
mucho, poquito, nada,
sin peso propio,
sin vida más que la de pulgar e índice,
uniendo su yemas en el tacto,
de la levedad de un ser,
que pronto volará,
con el viento del atardecer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario