lunes, 30 de diciembre de 2013

Torta de Cumpleaños

Cada día llego a mi casa,
cuando salgo, cada día salgo,
me invento un excusa para salir,
aunque sea un rato,
y entonces hay comida en la cocina,
o servida en la mesa,
quizá un papel avisándome
que no hay comida hecha,
que tengo que hacer esto
o lo otro, o lo que quiera,
o lo que pueda,
depende de la fecha,
pero no sé que pasaría
si fuese de otra manera,
las posibilidades amontonadas,
como platos sucios apilados,
como bolsas de basura llenas,
me cuentan sus historias,
la receta que pudo ser cocinada,
la que fue finalmente,
lo que se quiso, lo que se pudo,
lo que fue finalmente.

Si mi madre me olvidara,
probablemente dejaría de existir,
si mi padre no supiera
que tiene un hijo con su nombre,
sería yo ese a quien no sabe,
aquel que no existe,
si no se acordase de mi día,
no habría sentido entonces,
el silencio no es una decisión,
es la obligación de los que moran,
sin ser nombrados ni recordados,
el espacio se apropia de ellos
y son un árbol, una estatua,
un momento...algo

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