viernes, 20 de diciembre de 2013

Hidratación

Aquel espejismo que se aparece,
en medio de la arena,
en frente de donde está mi casa,
encima de mi casa,
la montaña se alza,
el espejismo no se desvanece,
sigue ahí, me acerco,
sé que no existe,
sé que no hay nada,
pero puedo tocarlo,
puedo palparlo, 
sentir el mar muerto,
sentir al mar muerto,
casas cerradas con llaves de arena,
sobre una duna se desvanece
una estrella fugaz,
a la que le pido un deseo,
en un susurro, un murmullo,
le hablo, imposto la voz,
le grito, desespero,
sí alguien grita en el medio del desierto,
y realmente nadie le escucha...
¿gritó? ¿realmente lo hizo?
le pedí que me trajera un vaso,
un jarro, dos bidones,
una piscina, todo lleno de agua,
un par de palmeras, para la sombra,
que la luz pega fuerte y me molesta.

Simplemente me cayó una lágrima de buitre
en la lengua, para no deshidratarme.

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