sábado, 14 de diciembre de 2013

Apocalipsis

No, no hay motivación,
no hay ganas,
el desánimo es generalizado,
los vacíos se han acrecentado,
quizá sea porque paso más tiempo
pensando en formas de abrazar
la hermosa muerte,
que tratando de vivir,
de intentarlos al menos,
al menos eso, digo yo,
pero los respetables intereses
de mi particular persona
los dejaremos de lado ahora,
porque la decepción de las cosas,
se ha extendido como plaga,
porque estar enfermo no es estarlo,
si no se está muriendo del todo,
no solo un poco,
mucho más que eso,
la idea de un todo está perdida,
representado la primera enfermedad,
la segunda la marca el sonido,
el disgusto por la soledad,
llegando a la tercera
vemos la habitación en llamas,
la pasión entregada a la exageración,
libidinosos y débiles,
cuarta se acerca la pereza,
el no deseo del cambio,
la permanencia de lo común,
la indefectible indiferencia,
mientras tanto la inocencia ininterrumpida
de las personas, absolutamente las personas,
va haciendo mella en la falta de acción,
el vino dejó de ser placer,
ahora es llamado solución,
el cigarro es un arma de doble filo,
y los sueños son publicados
para ser cumplidos por terceros,
así, la vida no da para más.

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