lunes, 6 de enero de 2014

Como Profesor

Como profesor prometo jamás:
cultivar lenguas que alaguen,
para lograr sus triunfos,
que derrapen sus rodillas,
de muy fácil doblez,
sobre el cemento desparramado
de un aula decadente.
Puede el aula ser decadente,
no importan tanto los materiales,
porque el único material importante
serán sus voces y sus lápices,
no sembraré sonidos quejumbrosos,
el alegato no se levantará
sin antes haber pensado una solución,
al menos no sin construir,
sin buscar la verdad detrás,
detrás de cada linea,
de cada coma, de cada estrofa.

Les dejaré la libertad que pueda,
tal como quise yo mi libertad,
pero esta se encuentra más
en el intento de hacer,
de aprender haciendo, asiendo,
que simplemente en unas letras,
bien unidas en páginas enumeradas,
se tomarán los pensamientos
y se verán llevados de la posibilidad
a la probabilidad insistente,
sin ser complacientes pueden ser,
sin ser quejumbrosos pueden ser,
sin ser cuadrados pueden ser,
ser independiente del deber ser,
ser quienes quieren ser.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario