Te Prohíbo

No rías ni sonrías
si no hay un porqué,
no digas buenos días
si no son buenos
ni esperas que lo sean,
ni deseas que lo sean,
así con la tarde
y sus buenas tardes,
con la noche
y sus buenas noches,
no hables por hablar,
no hables,
ni digas sentir si no lo haces,
¿cuánto me vale un perdón,
un lo siento, sin valor?
piensa en pensar,
no solo pienses,
no pongas la otra mejilla
que es la única intacta,
incólume ante sus puños,
suyos del mundo, la vida,
no hables fuerte o más fuerte,
el hacerlo no asegura espacio
en los oídos sordos del mundo,
ni en los míos
que están sensibles al ruido,
no hables de soledad
refiriéndote a la falta de compañía,
ni hables de compañía
por no estar solo,
que la compañía y la soledad
no son lo mismo ni lo contrario,
ni se significan mutuamente,
no mantengas la calma
si no la tienes, si no la quieres,
si no la sientes contigo,
no agradezcas con palabras,
hazlo con hechos,
hazlo con sensaciones,
sonríe y ríe entonces,
no antes, no después,
el frío no es culpa de las estaciones.