lunes, 23 de septiembre de 2013

Los Instantes

Somos desconocidos hasta conocernos,
hasta reconocernos,
sabernos el uno y el otro,
y encontrarnos mutuamente,
encontrarnos como ángeles oxidados,
jóvenes que se han olvidado,
recordando el sonido de otros días,
llorando penas de otros tiempos,
alrededor de una mesa de licores,
añejados desde su nacimiento en roble,
alcohol que llora su oculto sabor,
gota a gota sobre un hielo o dos,
todo es añejo en la mesa,
comensales y comida,
bebida y bebedores,
la conversación hace mella
en los recuerdos de las personas,
rodean la mesa, que está servida,
con platos de otra época,
negado el paso del tiempo
en sus barbas, en sus cabellos,
no se cuentan entre los muertos,
los que se han ido aparecen,
los que aparecieron se desvanecen,
todo es arena, un grano de arena,
cayendo en un reloj,
que envejece y se quiebra,
como la conversación.

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