jueves, 4 de febrero de 2016

Sábana Santa

La Verónica
y el problema de los paños,
impresa la cara,
uno en sus brazos,
vacila la cruz,
otro se enredó en sus piernas,
casi cae,
nadie lo cuenta,
la historia solo va a la cara,
el sudor de cristo
impregnado en un manto,
solo gotas,
manchas de agua,
marcas de aceite,
todo el chocolate.

Salió de entre la gente
a jugar, a saludar,
no se sabe nada de ella,
se le dio un nombre,
miro al sufriente
y sufrió con él,
secó su rostro con un paño,
la falda de su vestido,
tenía cinco años,

La misma calle,
el mismo lugar,
el bullicio de siempre
camino al calvario,
nadie lo recuerda
tal como fue,
yo lo entiendo bien,
basta que alguien te dé fe.

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