domingo, 14 de diciembre de 2014

Soledad y Placer

Y una persona,
por más persona que sea,
y por más atada
que se quiera tener,
tiene ese toque etéreo,
esa evanescencia
que le permite partir
en cualquier momento,
en cualquier lugar,
hacia donde quiera,
de la forma que sea,
solo desaparecer en el aire,
y reaparecer luego,
los mismos, distintos.

El hedonista
también es persona,
por más hedonista que sea
por más placer que busque,
la persona es persona,
y las personas tienen
ese toque etéreo,
esa evanescencia
que les permite partir
en cualquier momento.

Pero el hedonista
no es cualquier persona,
por muy persona que sean,
con su eterealidad,
dejan un riego de placer
incomprendido, insoportable,
por su increíble levedad,
juntan y separan a placer
al amor del placer,
no se entiende nada,
pero se disfruta,
aunque duela, moleste,
incomode, apriete.

Te extrañaré.

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