lunes, 15 de diciembre de 2014

Manuscrito Actual

¡Llegaron las visitas!
El aviso de novedades en la puerta, los invitados han llegado antes, de sorpresa. Se asentaron primero en los cuartos de huéspedes, eran pocos, se quedaban unos días y luego se iban, disfrutábamos de su compañía. Era entretenido tener algo nuevo que conversar cada vez que llegaban, las anécdotas de sus días y sus viajes lejos eran interesantísimas.
¡Llegaron las visitas!
La voz que sonaba a su arribo se hacía cada vez más cercana a la anterior, sus historias menos novedosas, sus anécdotas menos anécdotas, la entretención menos entretención. Dormían en nuestras camas cuando llegaban visitas, otras visitas, y nosotros nos apretábamos en las camas que nos quedaban. ¡Hay que ser buen anfitrión!
¡Llegaron las visitas!
Suena un grito mientras estoy en la reja cada vez que llego, Dejo mi maletín en la pieza de huéspedes, cuento mis anécdotas del día, me abrazan efusivamente, me invitan un té o un café, ellos compran el pan, yo me pongo con el relleno para el pan.
¡Llegaron las visitas!
Es más como un murmullo suave, mientras se cierran las cortinas y las puertas de mi casa. Recojo las maletas que están tiradas en el medio de la calle, ordenadas en mis maletas y bolsos, me voy a un motel que queda cerca con desayuno continental y no morir de hambre mañana en la pega.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario