viernes, 18 de agosto de 2017

Virtudes y Defectos

La gente cree todo lo que lee porque no lee. Es más simple de lo que parece. La lectura es para un grupo reducido de personas: en la historia la alfabetización aún no se logra completamente y, además, es un proyecto que tiene apenas 2 o 3 siglos de existencia dentro de la larga historia humana (ínfima, si se compara con la de la tierra, pero no es necesario comparar). E incluso con el desarrollo y expansión de la alfabetización, esta alcanzó un nivel netamente funcional y básico en relación de tareas asignadas, para lograr que el trabajador promedio fuese más efectivo, al principio, más eficiente, luego.
La gente cree todo lo que lee porque así está programada. No me extrañaría que un estudio futuro, presente o pasado se dedique especialmente a la memoria cultural en relación a la lectura funcional. El analfabetismo funcional es un problema más grave de lo que parece y, para hacerlo más violento, los que deberían estar encargados de disminuir este problema (que puede explicarse desde los mecanismos de control) se dedican a, simplemente, burlarse o sentirse ofendidos.
La gente lee todo lo que cree. Lo dice la Biblia, ¿o no? No, no lo dice, pero es un ejemplo precioso de esto: la gente lee lo que cree, por lo tanto cree lo que lee. Es así de simple, desechan lo que les parece ajeno a su propia visión, les parece mortalmente aburrido, indeciblemente poco atractivo. Ni siquiera les vale la pena conocer la diferencia.
La gente cree todo lo que lee. Aunque me parece necesario decir que es una generalización. Sé que no son (somos) todos, pero sí es posible que lo sea una mayoría abrumadora.
Y sin embargo, son felices.

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