jueves, 14 de mayo de 2015

Englobar la Totalidad

Pero que triste la vida
de hombres y mujeres,
tristemente incapacitados
en el poner nombres,
pues han dado a las cosas
los nombres más horribles,
más lejanos al algo
que les hacer ser
(a las cosas, los objetos,
los animales, las plantas
etcétera).

Cuando he tomado
a un bello ejemplar
de azahar en mis manos,
sentí todo menos un azahar
entre mis manos,
quizá por la incapacidad
de decir bien su nombre,
o por el mismo hecho
de extender una letra
más allá de otra,
obviando su existencia,
de la forma en que yo
no puedo obviar
la de esta flor entre mis manos.

Harry vio la vulgaridad
inherente a todo el realismo,
poniendo una realidad patente,
Henry tuvo una paradoja,
otra más en sus manos,
pero no supe como llamarle,
nunca lo hice bien,
porque me es imposible,
el nombre ha perdido libertad,
despersonalizar lo particular
para explicarlo por el todo.

Cada palabra usada
podría ser cualquier otra,
y estaría bien,
si así lo decidiésemos.

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