domingo, 15 de marzo de 2015

Inacción

La dejé,
La dejé en la estación.
La dejé en la estación,
entre lágrimas,
La dejé en la estación,
entre lágrimas y sollozos.
La dejé en la estación,
entre lágrima y sollozos,
realmente creo en la perfección
de la inacción a veces,
la perfección de lo irrealizable,
quizá porque es inalcanzable.

La dejé y fue bello,
en la estación y fue bello,
entre lágrimas y fue bello,
entre sollozos y fue bello,
porque mantuvo siempre,
siempre la belleza
de la parálisis justificada,
porque no sucedió nada,
así nada lo puede mancillar,
solo es el potencial,
y el potencial es precioso.
porque se mantiene impoluto,
debajo del polvo perfecto.

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