martes, 26 de diciembre de 2017

Clarividencia

Claramente hay un final,
casi todo tiene un principio,
nos encantan los principios,
que avanzan hasta dejar de serlo,
y lo dejan de ser
para pasar a ser otra parte,
un medio o intermedio,
o interludio,
pleno desarrollo
continuo,
hasta el inesperado final,
la vuelta en la trama
justo en el momento
en que casi ocurre
lo que todos esperaban,
deviene un final
absolutamente distinto,
absolutamente concatenado,
absolutamente avisado
por pequeñas marcas,
que la vida no tiene,
o si las tiene,
sí, las tiene.

A qué vamos ahora,
nada tiene un final,
aunque lo parezca
todo se transforma,
el final es de los nombres
las categorías,
el resto, todo el resto,
está lejos de las manos,
imaginaciones e ideas de,
señoras y señores.

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