domingo, 31 de julio de 2016

Los descansos

A veces, cuando es tarde y la luz empieza a pasar de mortecina a muerta de plano, mi corazón se oscurece. Es sombrío, quizá siempre lo ha sido. Se oculta en las otras sombras, las que se terminan de alargar para unirse a una sola gran sombra, que quizá sea la última y podamos descansar.
Yo no puedo descansar, las altas horas de la noche, que para algunos son las más bajas, me han acompañado desde que tengo uso de razón. Alargar el día, alargar la vida, acortárla. Nada más, nada menos, lo mismo en menos años, otros silencios, otras soledades.
La soledad mancomunada de las sombras me encanta. Somos seres tristes. El cielo se ha cerrado para algunas almas, para otras no. Para algunas nunca hubo un cielo.
Una parte de mí se ha terminado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario