domingo, 11 de enero de 2015

La Taza Rota

He juntado todas las piezas de esta taza quebrada, las he pegado, la taza aparece de nuevo frente a mí.
Ahora puedo quebrarla de nuevo, otra vez, con todo el placer que eso conlleva. La golpeo contra el piso de madera, un golpe trizado por los flujos del viento, el aire y el sonido, queda una marca donde cae, un triángulo que apunta hacia mí, culpándome por el daño que le hice. No importa el daño que le hice, al menos ya no me hace más daño a mí la trizadura que tenía en el borde del que tomo el té, que me tenía los labios rotos.
Es bueno quebrar por lo sano.

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